Valentina Acosta portada de la Revista TV y Novelas

Pues Dios te puso en el camino a ese hombre que tanto te ha molestado desde hace años por que Su plan (el de Dios) es tan perfecto que ni la misma astrología puede refutar Su Perfecto Plan para tu vida, Valentina. Esto último por nada del mundo lo podrás evitar y Dios mismo impedirá que lo eviten.

Muchas personas como tú, andan tras el viento, en el mundo, pero un día Dios les envía el viento en su contra, solo para que aprendan a discernir Su perfecta voluntad para sus vidas y tú no serás a excepción a la regla.

Por favor arregla tu vida, no sigas queriendo volar tan alto porque entre más alto quieras volar con esa carrera, más pronto y más rápido llegará la desgracia a tu vida. Que es más importante…. ¿Tu carrera o tu familia? Dios te puede quitar las dos para que con claridad veas la verdadera bendición para tu vida que nada tiene que ver con tu carrera, tu fama, tu superchería barata, tus falsas amistades, tu inútil estilo de vida.

Aquellos que han hecho tu vana carrera, los que la aplauden y te dan sus lisonjas y adulaciones; además, viven de ellas, los hombres con quienes has estado y con quienes has salido desde muy joven, quienes te han prostituido y convertido en un gigante despreciable y repúgnate, Valentina.

Pero ellos son como la paja que arde en el fuego; no pueden salvarse a sí mismos de las llamas.
No recibirás ninguna ayuda de ellos; su chimenea no es lugar para sentarse y calentarse. Y todos tus amigos, con los que has hecho negocios desde la niñez, cada uno seguirá su propio camino, haciendo oídos sordos a tus gritos.

(Valentina, ¡Anda! Usa todas las estupideces en las que crees tan torpemente, yo las desafió. Usa todo eso que tus padres te enseñaron desde cuna para evitar tu verdadero destino. Tal vez sean útiles o sirvan para algo, si lo crees. Pero jamás evitaran tu destino. Tal vez traigan duda a los que te han predicado la verdad, tal vez nunca la traerán. No te cansas de tanta estupidez, de tanta inútil superchería.

(Valentina, TÚ CREES QUE ESTAS TAN SEGURA DE TODO LO QUE TIENES Y LO QUE HACES. Tú que te jactas diciendo “A quién le importa lo que haga o crea, si al fin y la cabo es mi vida y yo soy quien la gobierna.” Pero es triste, todo tu conocimiento es tan inútil y este ha pervertido tu propósito de vida. Solo dices: “Yo soy la actriz Valentina Acosta. ¿Quién podrá cambiar eso? Ni Dios lo cambiará, Él nunca podrá hacerlo”.

Pues, vendrá sobre ti algo que no has esperado nunca. No querrás seguir en lo que haces, ni querrás saber de ello. Tu dolor será grande, perderás lo que más amas y preferirás no seguir en aquello de lo que te has jactado siempre sin serlo. Todo esto sucederá muy a pesar de las creencias y rituales en los que creas tú y practiques.)

Escucha esto, nación amante de los placeres, que vives cómodamente y te sientes segura.
Tú dices: “Yo soy la única, y no hay otra. Nunca seré viuda ni perderé a mis hijos”. Pues ambas cosas caerán sobre ti en un instante: la viudez y la pérdida de tus hijos. Así es, esas calamidades caerán sobre ti, a pesar de tu brujería y de tu magia.

Dijiste: “¡Reinaré para siempre, como reina del mundo!”. No reflexionaste sobre lo que hacías, ni pensaste en las consecuencias.

(Valentina, tu soberbia y falta de piedad te descaro, pensaste “Yo soy la actriz de televisión y yo seré por siempre esto. A caso. ¿Quién es ese para interponerse en mi destino?” No pensaste que fue mi bendición, la que te envié porque tú sufrías al mendigarles amor a hombres que solo se saciaban con tu belleza y fama.

(Valentina, tú que te crees hermosa, te mando quédate en tinieblas y guarda silencio no refutes lo que digo, ni lo cuestiones. Ya no te conocerán más por lo que eres o haces pues lo tomaré y me importará muy poco lo que creas y pienses.

Nuestro Redentor, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales, es el Santo de Israel.

(Yo soy y seré siempre el Señor Tu Dios Tu Creador, Fuerte y Poderoso.)

Desciende, hija virgen de Babilonia, y siéntate en el polvo porque han terminado tus días de estar sentada en el trono. Oh hija de Babilonia, nunca volverás a ser la encantadora princesa, tierna y delicada.

(Dios te dice: Tú quien eres hija de los incrédulos quienes te criaron con falsas creencias, tus días de fama y gloria se han acabado. No te llamaran más la famosa y grande.)

¿Será Juana, o tu madre o las dos? Con Dios no se juega ni se ignora, el Señor te esta llamando Valentina "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." Apocalipsis 3:20. Ábrele ¡YA!