Belgrado, Serbia — Varias ciudades de Serbia vivieron este miércoles una escalada de violencia en el marco de las protestas antigubernamentales que llevan meses sacudiendo al país. Belgrado, Novi Sad, Vrbas, Kraljevo, Kragujevac, Čačak y Niš fueron escenario de choques entre manifestantes, simpatizantes del gobierno y fuerzas policiales.

Escalada de la violencia

En Vrbas, grupos de simpatizantes del partido gobernante atacaron a manifestantes con bengalas, piedras y botellas. La policía antidisturbios intervino utilizando gas lacrimógeno y procedió a efectuar arrestos. Los choques dejaron al menos 16 policías heridos y decenas de manifestantes lesionados.

En otras ciudades como Belgrado y Novi Sad, se reportaron bloqueos de calles, empujones, lanzamiento de objetos y una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad, lo que elevó la tensión en las calles.

Declaraciones oficiales y respuesta del gobierno

El presidente Aleksandar Vučić calificó a los manifestantes como “terroristas” y “matones”, asegurando que las protestas buscan desestabilizar al país. Desde el gobierno se responsabilizó a grupos opositores de organizar y fomentar los disturbios.

Por su parte, los manifestantes exigen elecciones anticipadas, la dimisión del ministro del Interior Ivica Dačić y una investigación sobre presuntos abusos de poder y corrupción.

Condena internacional

Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Civil Rights Defenders denunciaron el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y pidieron al gobierno serbio poner fin a las acciones represivas contra manifestantes pacíficos.

Ambos organismos solicitaron investigaciones independientes sobre los incidentes registrados y recordaron a Serbia sus compromisos internacionales en materia de protección de los derechos humanos.

Contexto de las protestas

Las movilizaciones comenzaron en noviembre de 2024, tras un accidente mortal en una estación de tren en Novi Sad que dejó al descubierto graves fallos en la gestión pública. Desde entonces, las protestas han crecido y se han extendido a múltiples ciudades.

Estudiantes, profesores, médicos, sindicalistas y veteranos forman parte de las marchas, que han pasado de exigir reformas específicas a reclamar un cambio político más profundo.

Posibles escenarios

• La retórica dura del gobierno y la represión policial podrían alimentar nuevas protestas y radicalizar a ciertos grupos.
• Las ciudades afectadas podrían sufrir interrupciones en la actividad económica y social debido a bloqueos y enfrentamientos.
• El creciente interés y presión internacional podrían obligar al gobierno a abrir un canal de diálogo o a convocar elecciones anticipadas.